domingo, 29 de septiembre de 2013

EL MIEDO, UN TEMA PARA TOMARSE EN SERIO¡¡¡¡


Con el miedo puedes hacer muchas cosas, excepto ignorarlo.

Conoce los costos de reprimir o mantener latente el miedo, así como los temores más comunes que todos compartimos como adultos.

¿Qué es el miedo?
Desde la psicología, el miedo es una emoción en la que se pierde la confianza en los propios recursos para afrontar situaciones que son percibidas como peligrosas. 
El peligro puede ser real o imaginario, presente o proyectado en el futuro.
 
¿De dónde viene el miedo?
Genéticamente programados.
- Los extraños, las alturas, ciertos animales, sitios oscuros.
 
De aprendizajes, conscientes o inconscientes.
- El coco, el diablo, fantasmas debajo de la cama...
- De experiencias pasadas, vividas, vistas o escuchadas.
 
De una evaluación de un suceso por venir.
- No tanto de lo desconocido, sino de lo que imaginamos que es o hay en lo desconocido.
 
De un acto cometido y, bajo un esquema de culpa, de sus efectos que puede tener como consecuencia.
- Retaliación, venganza, “justicia divina”.
 
¿Cómo se suele enseñar a manejarlo?
- Negarlo, encerrarlo, disfrazarlo, combatirlo o eliminarlo como algo indeseable y que debilita a las personas.
- “¿Tienes miedo? No... para nada, simplemente no se me antoja arrojarme de un paracaídas...”
- “Yo creo que lo más prudente es no decir nada, no sea que las cosas se vayan a poner peores...”
- “No tengas miedo, no pasa nada...”
- Siempre pasa algo y si no pasa nada, entonces 
“¿para qué diablos voy a aventarme al agua?”.
- “Tienes que vencer tus miedos”
- “Si fuera tan sencillo, ni siquiera tendrías que decírmelo”
- Se nos enseña a evitarlo, pero muy pocas veces a saber qué hacer con él cuando surge.
 
Incluso algunos títulos de libros que recientemente he encontrado son:
- “No tengas miedo a saludar”
- “Cómo enfrentarse al miedo...”
- “Sin miedo a la libertad”
- “Elige no tener miedo”
- No podemos hacer mucho con aquello que uno se apresura a eliminar sin conocer sus causas, su utilidad o aquello que quiere decirnos... vendrá en otra forma, vestido de otra cosa quizá más confusa que la anterior.
 
Los costos de reprimir o mantener latente el miedo.
- Distorsiona la percepción de los eventos.
- Consume energía física, espiritual y emocional.
- En la vida personal, en nuestras relaciones, en el trabajo, en nuestros sueños y metas.
- Genera gran intranquilidad, angustia y ansiedad.
- Puede desatar fobias o paranoias.
- Apaga nuestro sistema racional y nos hace actuar desde el sistema límbico o de supervivencia.
 
¿Existen miedos comunes que todos compartimos como adultos?
- El Dr. Irvin Yalom, psicoterapeuta, en su libro “Psicoterapia existencial” habla de 4 miedos existenciales básicos y comunes a las personas.
 
a. Falta de sentido de vida
- Decepcionar.
- A que fracase tu proyecto.
- Laboral, personal, de pareja...
- No dejar huella.
- El vacío.
 
b. Aislamiento
- Dejar de ser amado.
- Estar solitario.
- No tener amigos o alguien a quien importarle.
- No poder conectar de manera profunda con otro ser humano.
- Rechazo.
 
c. Libertad
- La responsabilidad de mis decisiones.
- A no dar el ancho
- A afrontar la vida solo, aún en compañía de otros.
 
d. Muerte
- A que sufran los míos.
- A dejar de existir.
- Al sufrimiento de la agonía. Al “estar muriendo”.
- Al vacío y la nada.
- “Lo peor que podría ocurrirnos es tener que morir, y puesto que ése es ya nuestro destino inalterable, somos libres; quienes lo han perdido todo no tienen ya nada que temer”  Carlos Castañeda (El fuego interno)
 
¿Cómo podríamos interactuar mejor con el miedo?
- Hemos visto que evitarlo, sólo lo perpetúa. Confrontarlo, puede resultar abrumador y acabar por reforzarlo. 
- Combatirlo, puede ser contraproducente, pues al final su objetivo es prevenirnos de algo. 
- Eliminarlo con sólo decidirlo, no es sino parte de un pensamiento mágico, como cuando el niño cierra los ojos y se cree invisible.
- ¿Si en vez de llamarlos miedos les llamamos historias?
- Un miedo no deja de tener una narrativa en nuestra cabeza.
- Es cambiar la pregunta “¿qué me da miedo?” por “¿Que historias o historietas pasan por mi cabeza que me hacen sentir miedo?”
 
Componentes comunes de las historias y el miedo
- Personajes
- Tramas (principio, intermedio y final)
- Descripciones vívidas que crean imágenes mentales
- Suspenso (con las partes que no conoces o no puedes imaginar).
 
Una cosa lleva a la otra
- Si crees que te despedirán, luego tu familia te abandonará, nunca conseguirás trabajo y acabarás viviendo abajo de un puente donde morirás rodeado de ratas que devorarán tu cadáver flaco al morir sólo y enfermo.
 
Focalizan nuestra atención en una sola pregunta hacia el futuro “¿Qué pasará?”
- Conmigo, con mi casa, con mi familia, con mi vida...
- Pero en ambos casos, historias y miedo, ya tenemos al menos una teoría de lo que creemos que puede pasar, entonces es una certeza disfrazada de pregunta.
 
¿Qué miedo eliges escuchar?
- Tiene sentido alejarnos de lo que nos parece más horrendo cuando hay que elegir entre dos situaciones desagradables. Solemos elegir el “mal menor”.
- Sin embargo, no siempre el sentido común sería el mejor sentido a escuchar para evaluar la magnitud de cada alternativa.
 
Se dice que un buen lector de historias, para nuestro caso un “buen lector de miedos”, necesita dos partes:
- Artística: Se basa en la imaginación y en la pasión con la que se apega uno a un relato.
- Científica: la que se basa en los hechos y en las probabilidades de que algo realmente suceda.
- Cuando sólo leemos los miedos desde la parte “artística”, solemos alejarnos de los miedos que nos ofrecen las más espeluznantes y catastrofistas visiones sin juzgar qué tan probable es que ocurran.
 
- Elegimos aquellos que parecen ser menos impactantes o que podemos imaginar menos de manera vivida, pensando que nos darán el resultado menos doloroso, aunque no siempre es así.
- Tememos más al avión que se puede caer que a la placas de colesterol que se acumulan en nuestras venas.
- Tememos más a los asesinos seriales que a los efectos que el ser humano tiene en el calentamiento global.
- Tenemos más miedo a los perros que atacan gente que al sistemático mensaje de poca valoración y respeto a la vida que enseñamos a los niños con el maltrato animal, lo cual acabará por deshumanizarlos también a ellos.
- Tememos más a que el jefe se levante un día de malas y me corra que a la gradual obsolescencia en la que estoy cayendo de manera sostenida por no actualizarme, por no aprender nuevas habilidades o no leer ni siquiera una novela.
 
¿Y si mis peores miedos se vuelven realidad?
- Algunas veces esto sucederá
- Pero no puedes predecir con certeza si eso ocurrirá, de qué manera o exactamente cómo responderás a ello.
- En las empresas existe el término de “paranoia productiva”
- Consiste en una filosofía en que el miedo se canaliza al desarrollo de planes de contingencia.
- Como cuando prestas atención en dónde están las salidas de emergencia en el cine, acuerdas con tus hijos un punto de encuentro si se pierden en un centro comercial o tienes lista una maleta con documentos básicos, lámpara, radio y agua en caso de sismo.
- Aún así no podemos prever todos los eventos ni prevenir todos los miedos. 
 
La pregunta no es ¿qué va a pasar?, sino ¿qué puedo hacer para evitar que esto pase?
- Si la respuesta es nada: Entonces quizá ya no tengas nada de qué preocuparte y ocúpate de lo que siga, si es que eso sí es posible.  
- Si encuentras otras respuestas distintas a “nada”: Pon manos a la obra y pídele al miedo que te acompañe en el proceso.
 
Para leer:
- Chödrön, Pema.- “Los lugares que te asustan”.- Editorial ONIRO
- Chödrön, Pema.- “Cuando todo se derrumba”.- Editorial GAIA
- Thompson Walker, Karen.- “La edad de los milagros”.- 1a Edición - Grijalbo-Mondadori, 2013

TRANSTORNO DE CONVERSIÓN.


Es un desorden neurológico en el cual los síntomas físicos son causados inconscientemente por un evento traumático o estresante. Aunque es difícil de diagnosticar, es fácilmente tratable. 
El trastorno por conversión pertenece a un grupo de desórdenes psicológicos llamados desórdenes somatofórmicos: trastornos psicológicos que se caracterizan por síntomas físicos que no tienen causas físicas aparentes. 
 
Causas   
- La causa directa del trastorno por conversión usualmente es el experimentar un evento muy traumático o estresante. 
- El desorden puede considerarse como la manera en que alguien se enfrenta a un evento o como una expresión psicológica al mismo. 
- La depresión y otros desórdenes psicológicos comúnmente se ven en pacientes con desordenes por conversión. 
 
Factores de riesgo   
- Un factor de riesgo es aquello que incrementa su probabilidad de contraer una enfermedad o condición. 
- El desorden por conversión puede afectar a personas de cualquier edad. 
- Mientras que algunos estudios han sugerido que el desorden por conversión ocurre más frecuentemente en mujeres, éste puede afectar tanto a hombres como a mujeres. 
- El trastorno por conversión ocurre más comúnmente en áreas rurales, entre individuos con menos años de educación y de menor status socioeconómico.
- Cualquiera que desarrolle un desorden por conversión estuvo expuesto a un evento traumático. 
 
Sin embargo, existen otros factores que pueden incrementar la tendencia a desarrollar el desorden, incluyendo: 
- Un antecedente previo de enfermedad de la personalidad o psicológica
- Abuso físico o sexual, particularmente en niños
- Miembros en la familia con desórdenes por conversión o con enfermedad crónica
- Condiciones psiquiátricas coexistentes como depresión o ansiedad
- Desórdenes de personalidad coexistentes, como desórdenes de personalidad histriónica, pasiva-dependiente, o pasiva-agresiva
 
Sistema Nervioso   
 
Una situación emocional puede actuar como desencadenante de los síntomas físicos; algunas veces, a través de los nervios periféricos.
 
Síntomas   
- Para ser diagnosticado con trastorno por conversión debes tener al menos uno de los síntomas, pero también puede tener varios. 
- La presencia de los síntomas se vincula a un evento estresante y típicamente ocurre de manera repentina (por ejemplo, ver algo extremadamente desagradable e volverse repentinamente ciego). 
- Si experimentas cualquiera de estos síntomas, no asumas que se debe al trastorno por conversión. 
- Estos síntomas podrían ser causados por otras condiciones de salud menos serias. 
 
Diagnóstico   
- El diagnosticar el trastorno por conversión puede dificultarse inicialmente debido a que los síntomas físicos son causados más frecuentemente por un desorden físico. 
- Es importante que el médico considere cuidadosamente una causa física para los síntomas. 
- Tu doctor te preguntará acerca de sus síntomas e historial médico, y te realizarán un examen físico completo. 
- A los pacientes con frecuencia se les pedirá someterse a las siguientes pruebas para descartar enfermedades subyacentes. 
- Pruebas de laboratorio para descartar hipoglucemia o hiperglucemia insuficiencia renal o causas relacionadas con drogas 
- Estudios de imagen, como las radiografías de tórax o las tomografías computarizadas
- Electrocardiograma (ECG) : prueba que registra la actividad del corazón midiendo las corrientes eléctricas a través del músculo cardíaco 
- Examinación del líquido espinal para buscar causas neurológicas
Si no se detecta una causa física, el paciente puede ser canalizado con un neurólogo o para una consulta psiquiátrica.
 
Tratamiento   
- En algunos casos, los pacientes pueden comenzar a recuperarse de manera espontánea. 
- Después que se han descartando causas físicas para los síntomas, los pacientes pueden comenzar a sentirse mejor y los síntomas pueden comenzar a desaparecer. 
 
En algunos casos, los pacientes pueden necesitar asistencia en la recuperación de sus síntomas. Las opciones de tratamiento pueden incluir las siguientes: 
- Asesoría y psicoterapia: las conversaciones con un asesor acerca del evento estresante pueden ayudarlo a lidiar con la causa subyacente de los síntomas físicos. 
- El trabajo continuo para aprender cómo lidiar con los estresantes a lo largo de la vida también será importante, con frecuencia, aproximadamente 25% de los pacientes con estos desórdenes tienen episodios futuros.
- Tratamiento farmacológico: en ciertos casos, pueden utilizarse antidepresivos para acelerar la recuperación. Estudios han mostrado que los antidepresivos pueden ser útiles para pacientes con trastorno por conversión.
 
Terapia Ocupacional y/o Física   
Los pacientes pueden requerir terapia para superar el desuso de un miembro, por ejemplo, y para volver a aprender los comportamientos normales.
 
Prevención   
No existen pautas para prevenir el trastorno por conversión debido a que ocurre después de un evento traumático específico. 
Sin embargo: 
- El trastorno por conversión puede conllevar un sentimiento de estar estigmatizado. 
- Es importante que usted no deje que esto le evite el buscar tratamiento.
- Los desórdenes somatoformícos son muy comunes, y el tratamiento es muy efectivo. No dudes en llamar a tu médico si usted tiene síntomas que sugieren un trastorno por conversión.
 

sábado, 14 de septiembre de 2013

VIVIR JUNTOS, ¿DECISIÓN O CIRCUNSTANCIA?


¿Quisieras que tu pareja te pidiera vivir con ella, pero no ves para cuándo lo haga o ni siquiera sabes si algún día lo hará? ¿Vives con tu pareja, no estás tan contento con ello, pero comparten tantas cosas que temes que el costo financiero y/o emocional sea tan alto que prefieres seguir ahí? 

- La institución matrimonial tradicional comparte de alguna manera un modelo alternativo que es la cohabitación de las parejas sin necesariamente casarse para hacerlo.  
- Por supuesto, hay otras parejas que optan por el modelo de relación de “cada quien en su casa”, pero más que el hecho en sí mismo, parece ser que son las razones del hecho las que son determinantes.
 
¿Qué responderías a los siguientes cuestionamientos?
- ¿Quisieras que tu pareja te pidiera vivir con ella, pero no ves para cuándo lo haga o ni siquiera sabes si algún día lo hará?
- ¿Están empezando a quedarse algunos días juntos porque simplemente fue pasando con un “por qué no te quedas hoy” o un “me puedo quedar hoy en tu casa”?
- ¿Ya vives con tu pareja, aunque en realidad tú no querías eso, pero es algo que simplemente “se dio”?.
- ¿Vives con tu pareja, no estás tan contento con ello, pero comparten tantas cosas que temes que el costo financiero y/o emocional sea tan alto que prefieres seguir ahí?
 
Si respondiste “Sí” a alguna de estas preguntas, este tema puede interesarte:
¿Hay diferencia de género en esto?
- Una investigación realizada por RAND Corporation por los sociólogos Michael Pollard y Kathleen Mullan Harris en Junio de este año, que se correlaciona con un estudio realizado en el 2006 en la Universidad de Denver por los Drs. Galena Kline Rhoades, Scott M. Stanley y Howard J. Markman describe las siguientes diferencias, conocidas como “asimetrías de género”:
- Hombres jóvenes: Muestran significativamente un menor nivel de compromiso y dedicación en la relación que las mujeres cuando cohabitan juntos sin un compromiso explícito.
- Mujeres jóvenes: Las mujeres tienden a ver el cohabitar un una pareja como un paso previo al matrimonio o al menos como un signo de mayor compromiso en la relación.
 
¿Funciona ir a vivir para “probar” antes de comprometerse?
- En general se demuestra que las mujeres que aceptaron ir a vivir con su pareja, antes de establecer un compromiso formal en la relación, tienen 40% más probabilidades de divorciarse, si eventualmente terminan casándose.
- Funcionaría si ambos tuvieran el mismo objetivo, pero si fuera así, se comprometerían antes de dar ese paso.
 
Distintos estilos
La Dra. Meg Jay, Psicóloga clínica de la Universidad de Virginia, identifica 2 estilos utilizados por las personas a la hora de vivir juntos
Deciders
- Son los que esperan a establecer un compromiso en la relación, antes de empezar a vivir juntos.
- Se decide por un hogar común, muchas veces distinto al de cada uno en lo individual, y se empieza una relación sin la sensación de estar siendo invadido o estar “atado” en una dinámica de estadías ocasionales, pues ambos han decidido, y expresado mutuamente, que la relación va para algo más serio y comprometido.
Sliders
- Son los que empiezan a vivir juntos antes de acordar planes de compromiso en la relación.
- Se identifican porque la relación empieza saliendo, entra en una aceleración sexual y posteriormente empiezan a quedarse en la casa de su pareja.
- Gradualmente se van llevando objetos de uso personal como cepillo de dientes, algún cambio de ropa y otros artículos de uso personal y eventualmente más cosas.
- Las razones iniciales son fundamentalmente prácticas, de comodidad o de cierta inconsciencia.
- “Para que salir a mi casa tan noche si me puedo quedar aquí”
- “Total, nada más es los fines de semana, eso no me compromete a nada...”
- “Voy a traer algunas cosas para no andar cargando o por si se ofrecen...”
- Sin embargo, las personas se van “deslizando” en una relación de manera más compleja de lo que inicialmente habrían deseado o pensado.
 
¿Pero cuál puede ser la desventaja de irnos quedando juntos sin compromiso previo?
- La Dra. Jay habla de una segunda etapa cuando se empieza a vivir “casualmente juntos”. Lo llama el “Lock-in”, que se traduciría como “estar atrapado”. 
- El fenómeno del “lock-in” se define como un decremento en la intención de buscar otra pareja o dejar a la que ya se tiene por la inversión que en la actual ya se ha hecho.
- Se comparten gastos, mobiliario, el auto, a veces los ingresos, amigos, el propio vecindario, la mascota.
- El costo material y emocional que tendría la separación se percibe como más alto que el beneficio de tomar la decisión de dejar una relación que se sabe no es la ideal o la que se quiere tener.
- En este caso muchas personas se empiezan a habituar a vivir con niveles más bajos de felicidad que los que podrían tener fuera de esa relación.
- Es un fenómeno como la inercia, que dice que un cuerpo en reposo se mantendrá en reposo. 
- Es más simple para una persona no invertir energía y enfrentar a una pareja sorprendida, molesta o suplicante que quedarse en una “zona de confort”.
- La Dra. Meg Jay reporta un incremento en los casos en que, hombre y mujeres, desperdician la década de sus 20’s y 30’s “atrapados” en relaciones que sólo hubieran durado unos meses si no hubieran empezado a vivir juntos.
- Lo más preocupante es que, a pesar de esto, para muchos el siguiente paso “lógico” a empezar a vivir juntos es casarse.  
- Esto se llama un “matrimonio pasivo”, pues se dá no por ganas, sino porque pareciera ser “lo que toca hacer” a continuación.
 
Entonces, ¿qué hacer?
- La recomendación de los especialistas es no irte a vivir con tu pareja si no hay un compromiso previo de por medio. 
- Esto no garantiza una relación feliz y duradera, pero incrementa significativamente las posibilidades de que así sea.
- Si ya te encuentras en esta situación, entonces buscar espacios íntimos de conversación sincera acerca de este tema puede ser una buena idea para conocer el sentir de tu pareja, antes que pase más tiempo.
 
Para saber más:
- Kline Rhoades, Galena; Stanley, Scott M & Markman Howard J. - “Pre-engagement Cohabitation and Gender Asymmetry in Marital Commitment” - University of Denver - Journal of Family Psychology Copyright 2006 by the American Psychological Association 2006, Vol. 20, No. 4, 553–560.
- Pollard, Michael & Mullan Harrys, Kathleen - Cohabitation and Marriage Intensity; Consolidation, Intimacy, and Commitment - RAND Corporation, Junio 2013.