¿Quisieras que tu pareja te
pidiera vivir con ella, pero no ves para cuándo lo haga o ni siquiera sabes si
algún día lo hará? ¿Vives con tu pareja, no estás tan contento con ello, pero
comparten tantas cosas que temes que el costo financiero y/o emocional sea tan
alto que prefieres seguir ahí?
- La
institución matrimonial tradicional comparte de alguna manera un modelo
alternativo que es la cohabitación de las parejas sin necesariamente casarse
para hacerlo.
- Por
supuesto, hay otras parejas que optan por el modelo de relación de “cada quien
en su casa”, pero más que el hecho en sí mismo, parece ser que son las razones
del hecho las que son determinantes.
¿Qué responderías a los
siguientes cuestionamientos?
- ¿Quisieras
que tu pareja te pidiera vivir con ella, pero no ves para cuándo lo haga o ni
siquiera sabes si algún día lo hará?
- ¿Están
empezando a quedarse algunos días juntos porque simplemente fue pasando con un
“por qué no te quedas hoy” o un “me puedo quedar hoy en tu casa”?
- ¿Ya
vives con tu pareja, aunque en realidad tú no querías eso, pero es algo que
simplemente “se dio”?.
- ¿Vives
con tu pareja, no estás tan contento con ello, pero comparten tantas cosas que
temes que el costo financiero y/o emocional sea tan alto que prefieres seguir
ahí?
Si respondiste “Sí” a
alguna de estas preguntas, este tema puede interesarte:
¿Hay diferencia de
género en esto?
- Una
investigación realizada por RAND Corporation por los sociólogos Michael Pollard
y Kathleen Mullan Harris en Junio de este año, que se correlaciona con un
estudio realizado en el 2006 en la Universidad de Denver por los Drs. Galena
Kline Rhoades, Scott M. Stanley y Howard J. Markman describe las siguientes
diferencias, conocidas como “asimetrías de género”:
- Hombres
jóvenes: Muestran significativamente un menor nivel de
compromiso y dedicación en la relación que las mujeres cuando cohabitan juntos
sin un compromiso explícito.
- Mujeres
jóvenes: Las mujeres tienden a ver el cohabitar un una
pareja como un paso previo al matrimonio o al menos como un signo de mayor
compromiso en la relación.
¿Funciona ir a vivir
para “probar” antes de comprometerse?
- En
general se demuestra que las mujeres que aceptaron ir a vivir con su pareja,
antes de establecer un compromiso formal en la relación, tienen 40% más
probabilidades de divorciarse, si eventualmente terminan casándose.
- Funcionaría
si ambos tuvieran el mismo objetivo, pero si fuera así, se comprometerían antes
de dar ese paso.
Distintos estilos
La Dra. Meg Jay, Psicóloga
clínica de la Universidad de Virginia, identifica 2 estilos utilizados por las
personas a la hora de vivir juntos
Deciders
- Son
los que esperan a establecer un compromiso en la relación, antes de empezar a
vivir juntos.
- Se
decide por un hogar común, muchas veces distinto al de cada uno en lo
individual, y se empieza una relación sin la sensación de estar siendo invadido
o estar “atado” en una dinámica de estadías ocasionales, pues ambos han
decidido, y expresado mutuamente, que la relación va para algo más serio y
comprometido.
Sliders
- Son
los que empiezan a vivir juntos antes de acordar planes de compromiso en la
relación.
- Se
identifican porque la relación empieza saliendo, entra en una aceleración
sexual y posteriormente empiezan a quedarse en la casa de su pareja.
- Gradualmente
se van llevando objetos de uso personal como cepillo de dientes, algún cambio
de ropa y otros artículos de uso personal y eventualmente más cosas.
- Las
razones iniciales son fundamentalmente prácticas, de comodidad o de cierta
inconsciencia.
- “Para
que salir a mi casa tan noche si me puedo quedar aquí”
- “Total,
nada más es los fines de semana, eso no me compromete a nada...”
- “Voy
a traer algunas cosas para no andar cargando o por si se ofrecen...”
- Sin
embargo, las personas se van “deslizando” en una relación de manera más
compleja de lo que inicialmente habrían deseado o pensado.
¿Pero cuál puede ser la
desventaja de irnos quedando juntos sin compromiso previo?
- La
Dra. Jay habla de una segunda etapa cuando se empieza a vivir “casualmente
juntos”. Lo llama el “Lock-in”, que se traduciría como “estar atrapado”.
- El
fenómeno del “lock-in” se define como un decremento en la intención de buscar
otra pareja o dejar a la que ya se tiene por la inversión que en la actual ya
se ha hecho.
- Se
comparten gastos, mobiliario, el auto, a veces los ingresos, amigos, el propio
vecindario, la mascota.
- El
costo material y emocional que tendría la separación se percibe como más alto
que el beneficio de tomar la decisión de dejar una relación que se sabe no es
la ideal o la que se quiere tener.
- En
este caso muchas personas se empiezan a habituar a vivir con niveles más bajos
de felicidad que los que podrían tener fuera de esa relación.
- Es
un fenómeno como la inercia, que dice que un cuerpo en reposo se mantendrá en
reposo.
- Es
más simple para una persona no invertir energía y enfrentar a una pareja
sorprendida, molesta o suplicante que quedarse en una “zona de confort”.
- La
Dra. Meg Jay reporta un incremento en los casos en que, hombre y mujeres,
desperdician la década de sus 20’s y 30’s “atrapados” en relaciones que sólo
hubieran durado unos meses si no hubieran empezado a vivir juntos.
- Lo
más preocupante es que, a pesar de esto, para muchos el siguiente paso “lógico”
a empezar a vivir juntos es casarse.
- Esto
se llama un “matrimonio pasivo”, pues se dá no por ganas, sino porque pareciera
ser “lo que toca hacer” a continuación.
Entonces, ¿qué hacer?
- La
recomendación de los especialistas es no irte a vivir con tu pareja si no hay
un compromiso previo de por medio.
- Esto
no garantiza una relación feliz y duradera, pero incrementa significativamente
las posibilidades de que así sea.
- Si
ya te encuentras en esta situación, entonces buscar espacios íntimos de
conversación sincera acerca de este tema puede ser una buena idea para conocer
el sentir de tu pareja, antes que pase más tiempo.
Para saber más:
- Kline Rhoades, Galena; Stanley, Scott M &
Markman Howard J. - “Pre-engagement Cohabitation and Gender Asymmetry in
Marital Commitment” - University of Denver - Journal of Family Psychology
Copyright 2006 by the American Psychological Association 2006, Vol. 20, No. 4,
553–560.
-
Pollard, Michael
& Mullan Harrys, Kathleen - Cohabitation and Marriage Intensity;
Consolidation, Intimacy, and Commitment - RAND Corporation, Junio 2013.
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