Se dice que la soledad puede
ser nuestra mejor consejera o peor enemiga, pero la realidad es que no es un
personaje y no existe como tal. Conoce la diferencia entre estar solo y
sentirte solitario.
El mito de Orfeo:
Orfeo perdió a su amada por
el miedo a la soledad. Cuando su amada Eurídice fue enviada al
inframundo, Orfeo no pudo soportarlo y los Dioses le dijeron que podría entrar
a rescatarla, pero a condición que no volteara a mirarla sino hasta que
hubieran salido por completo a la superficie. Preocupado porque ella no
lo siguiera, y la perdiera, Orfeo poco antes de alcanzar la meta volteo a
mirarla y la perdió para siempre. Se hizo realidad su peor pesadilla
haciendo lo que su sentido común le dictó que hiciera. No confió en él
como guía, ni en ella para seguirlo.
El origen del miedo a
la soledad:
La infancia
- En la infancia tenemos la
necesidad de ser cuidados por otros para sobrevivir, pues somos incapaces de
hacerlo por cuenta propia.
- Para ser cuidados debemos
ser amados y ser valiosos para los otros.
- La manera que tenemos de
manifestar nuestras necesidades es el llanto
- La manera de saber que
somos queridos, amados y valiosos es con la presencia y la satisfacción de
necesidades.
- Regularmente los padres son
capaces de hacer esto.
- Padres narcisistas, fríos,
demandantes o que traicionan tu confianza son incapaces de proveer seguridad en
el infante.
- Si no se obtiene la
atención, se deduce que no somos queridos ni valiosos.
- La soledad se vuelve una
amenaza para la supervivencia.
- No se evalúa al adulto que
ha fallado, sino se genera un juicio sobre la capacidad propia de despertar
amor y atenciones en los demás.
- Se forman individuos con
estilo de apego ansioso
- Carecen totalmente de fe en
que las relaciones emocionales van a durar.
- En la edad adulta tratan
desesperadamente de acallar el pánico primario en su mente, haciendo cualquier
cosa que sea necesaria con tal de sentir que mantienen una conexión emocional,
pero esta debe ser primariamente a través de la presencia física o el contacto
directo.
El entorno
- Social y culturalmente en
occidente se nos ha inculcado la idea de que tenemos que estar siempre con
alguien, de no estar solos.
- Se nos incentiva a tener
muchos amigos, ser sociales, conectarnos con la comunidad y hoy es visto como
bicho raro quien no está en las redes sociales.
La familia
- Tenemos antecedentes
sociales y culturales de familias que se definen como unidas y
solidarias.
- No obstante, esto a veces
raya en la indiferenciación familiar y la codependencia entre sus miembros.
- Códigos de lealtad no
escritos.
- Padres chantajistas
emocionales o que a su vez temen la soledad.
- Otorgan “facilidades” a los
hijos para que se queden en, o muy cerca del hogar parental.
- Temor a ser un mal hijo,
padre, hermano si me voy.
- Practicidad del momento.
- Te casas, pero como no
tienes en que caerte muerto, te quedas en un “cuartito” con tus papás.
El balance ideal
- Es verdad que somos seres
sociales y que necesitamos convivir, pero de igual manera necesitamos tiempo
para estar con nosotros mismos.
- Florence Falk,
psicoterapeuta, dice que negar la parte individual o la parte social, es como
ir caminando por la vida con un solo pie.
- Necesitamos ambos
componentes para poder avanzar con mayor eficacia y satisfacción.
Para qué me sirve la
soledad
- Básicamente te ofrece
espacios y momentos para:
- Reflexionar
- Tomar decisiones
- Planear
- Crear
- Conocerte
- Pensar
- ¿Pero, qué tipo de
pensamientos?
El problema no es la soledad,
sino los pensamientos que dejas que la acompañen.
- Suelen ser pensamientos
distorsionados, temores irracionales que se viven como lógicos, probables e
inevitables.
- Básicamente de no confiar
en uno mismo para salir adelante.
- Son temores inconscientes
que provienen de memorias emocionales, no de recuerdos racionales o
racionalizados.
Fantasías de abandono
- Los que me aman siempre
están a punto de irse.
- Yo siempre estoy en riesgo
de ser abandonada.
- Si no hago algo para los
demás, me dejarán.
Fantasías de
insuficiencia
- No soy alguien que vale.
- Nadie me va a querer.
- Si nadie me quiere estaré
sola.
- Si estoy sola no voy a
poder salir adelante.
- Si eso me pasa, estoy en
grave peligro.
Fantasías de
imposibilidad
- No voy a encontrar a nadie.
- Me quedaré sola para
siempre.
- No podré salir adelante.
Fantasías de juicio y
exclusión
- Qué van a decir
- Me van a rechazar
- Nadie querrá estar conmigo
- “Acabaré viviendo en
aislamiento total, en un cuarto vacío, sin volver a hablar con nadie; nunca
seré feliz y moriré en soledad e incluso quizá nunca encuentren mi cuerpo”.
Mitos de la soledad
- Es triste
- Es como orfandad
- Es aislamiento social
- Es para los rechazados
- Es egoísmo o narcisismo.
- Es para los inadaptados.
- El placer sólo puede
existir si es compartido.
Los tres factores de
sentirse solitario (Cicciopo and Patrick 2008)
La vulnerabilidad a la
desconexión social.
- Se ha demostrado que
existen personas que genéticamente tienen una predisposición a la inclusión
social y necesidad de conexión constante.
Autorregulación de las
emociones cuando estamos solos.
- No se trata de la represión
emocional, sino de reencuadrar lo que se siente.
- Si dejamos que el
sentimiento de soledad se apodere de nosotros, con el paso del tiempo se va
volviendo algo crónico.
- Se empieza a generar la
creencia que la gente nos rechaza cuando no es así.
- Se requiere manejar y
limitar la manera en que ese sentimiento se presenta en cada uno y no quedar
indefenso ante él.
- Sentirse solitario en
ocasiones o por temporadas es común para el 80% de la población mundial.
Representaciones
mentales y expectativas sobre otros.
- Se crea una distorsión de
que se está haciendo todo lo posible por conectar con los demás, pero que, se
haga lo que se haga, estos no responder favorablemente.
- Esto resulta altamente
frustrante y afecta la manera en que nos relacionamos con los demás, como un
círculo vicioso.
- El sentimiento de soledad
se traduce en enojo y resentimiento, con los pensamientos y creencias que esto
implica.
- Los pensamientos que surgen
son de vergüenza, ansiedad, hostilidad, pesimismo, miedo a ser evaluado
negativamente y depresión.
- Se convierte en la profecía
autocumplida. ¿quién quiere estar con una persona así?
¿Qué has llegado a
hacer para no sentirte en soledad?
- Te mantienes hiper ocupado.
- Trabajo, relaciones, TV e
internet, chats, redes sociales, centros comerciales
- Consumes sustancias para
adormecer tus pensamientos.
Te enfrascas en
relaciones superficiales
- Insatisfactorias
- Compulsivas
- De baja calidad
- Repetitivas o simultáneas
Haces cosas que no
quieres hacer
- Ir a lugares que no
quieres; actividades que no disfrutas
- Estas con personas que no
te respetan
- Te relacionas con
narcisistas, pues se parecen a tus modelos de relación primarios.
Permites cosas que no
deberías
- Permitir transgresiones a
tus límites y fronteras.
- Dejar que te denigren o
lesionen tu autoestima
- Pasas largas esperas para
que al final te planten
Haces sacrificios
- Prestas dinero que nunca te
pagarán.
- Invitas a cenas en donde
pagas la cuenta.
- Abandonas tus proyectos,
intereses o actividades.
- Descuidas tu salud
- ¿Le rindes tributo al
volcán?
La tarea para salir de
esto
- Aprender a confiar en ti
para que puedas confiar en los demás y o al revés.
- Confiar en tu padre y madre
interiores, que siempre estarán contigo.
- Para desarrollar un sentido
sólido del Yo, es necesario pasar tiempo a solas.
- Combate los pensamientos de
impotencia y catastrofistas, no suelen ser reales.
- No te rindas ante ellos.
- Si sientes que el miedo te
sobrepasa, busca ayuda profesional.
La omnipotencia que le
otorgues a los otros se alimenta de la impotencia que sientes dentro de ti.
Hola Ariadna
ResponderEliminarMuy interesante este post para reflexionar...
Considero que es muy positivo tener tiempo para estar solos...así como tambien es muy positivo pasar tiempo acompañado.
Lo importante es valorizar el tiempo a solas (como espacio creativo o para disfrutar de algo que nos gusta) y no darle espacio a pensamientos negativos.
Mil besos y gracias!
Realmente interesante.
ResponderEliminarHas dejado un texto muy didactico, pero a la vez esclarecedor.
La soledad en ocasiones no es bien entendida, creo que como bien decis, no es lo mismo sentirse solo que estar solo.
Un fuerte abrazo Ariadna.