En la vida un vínculo emocional sano con una
persona significativa se desarrolla de forma positiva y segura.
- El amor
que se da y que se recibe se perciben como genuinos y se es capaz de entregarse
y esperar a cambio reciprocidad.
Se genera un clima de confianza. En
el vínculo fantasma ocurre lo contrario.
¿Qué es el vínculo
fantasma?
- Término
acuñado por el Dr. Robert Firestone.
- Es
una ilusión de conexión que se da entre dos personas. La relación se basa en
rutinas y roles más que en sentimientos espontáneos.
- Estamos
juntos, convivimos, dormimos juntos, pero sólo son conductas carentes de
significado y emoción, pues el que lo padece pone una barrera invisible cuando
se rebasa cierta distancia.
¿Es el vínculo
fantasma responsable de que el amor se acabe?
- No
lo acaba porque en él nunca existió; todo fue una fantasía. Aquí lo que hay
desde el inicio es una profunda necesidad de afecto y una gran incompetencia
emocional disfrazadas de actos románticos.
- A
diferencia del período de enamoramiento neuroquímico (6 meses a 4 años) donde
el amor era genuino al inicio y luego se fue “apagando”, quien padece del
síndrome del vínculo fantasma no puede sentir ni dar amor genuino en ninguna
fase de una relación, aunque tenga muchas ganas y gran necesidad de hacerlo.
¿De dónde surge?
- De
niños todos podemos imaginar lo que sería un escenario ideal donde se recibe
amor incondicional por parte de nuestros cuidadores primarios.
- Cuando
lo que deseamos no corresponde con la realidad, con padres que no ejercen la
paternidad de manera exitosa, se van formando grandes huecos emocionales que
necesitan ser llenados en algún momento de la vida.
- Se
desarrolla con una ambivalencia entre el:
a.
Miedo a confiar y ser lastimado
b.
Terror de estar sólo y de ser abandonado
- Al
no encontrar en los padres lo que se requiere, el niño
forma una fantasía de
total autosuficiencia: “como no
me puedas dar lo que necesito, entonces no te necesito más. No necesito a nadie más que a mí mismo...”.
Sostener esta fantasía de omnipotencia alivia de manera
temporal los sentimientos de dolor, ansiedad y hambre.
- La
fantasía de grandiosidad y autosuficiencia la sostiene un falso “Yo” conformado
por dos personajes: El padre fantaseado satisfaciendo necesidades y el niño
necesitado siendo satisfecho.
- Como
es una ilusión, la
persona sigue necesitando el afecto humano, por lo que en
el fondo sus huecos siguen vacíos.
a.
Es como jugar a la comidita: Puedes hacer como que cocinas, hacer como
que sirves y hacer como que comes. Al final del juego tendrás más hambre que
antes de empezar. La necesidad es real, la “comidita” una fantasía”.
- Mientras
más grande haya sido la negligencia, maltrato o descuido de los padres, más
fuerte se desarrollará esta fantasía.
¿Qué pasa en el adulto
con esta fantasía?
- Se
crea una fantasía de de conexión y amor, exactamente como la que hubiésemos
querido tener con nuestros padres.
- No
se toma el riesgo de intentar un vínculo real, porque le fantaseado, por
insatisfactorio que resulte, nos da la sensación de control de la distancia
emocional que se tiene con alguien. “Si me siento solo me acerco, si me siento
amenazado me alejo”.
- Se
resiste el amor e intimidad verdaderos porque se piensa inconscientemente que
si se vuelve a confiar, como se hizo en la infancia, hay riesgo de volver a ser
lastimados.
- Activa
entonces sus mecanismos de defensa para obtener en una relación ambas cosas: Se
mantiene cerca de una persona que mitigue su soledad, pero a la vez conserva
una distancia emocional que lo hace sentir “seguro”.
- Este
patrón evita que pueda tener éxito en una relación, pues una persona sana se
sentirá muy frustrada o abandonada a su lado.
¿Cuáles son sus
síntomas?
- Inicios
intensos: Empiezan con mucho entusiasmo y emotividad,
pero en breve tiempo se vuelven cerrados, fríos y distantes.
- Freno
de mano: Parece que todo el tiempo tienen puesto un
“freno de mano emocional”. Te sientes atado/a y frustrado/a porque parece que
la relación daría para más, pero de pronto parece que no, luego que sí...
así al infinito.
- Personalidad
diluida: Pueden abandonar sus puntos de vista y
opiniones para adoptar los tuyos. Empieza a debilitarse su personalidad y te
empiezan a ceder el mando de la relación. Si tú no propones nada, nada se hace.
Todo es como tu quieras, cuando tu quieras... o nada.
- Poco
contacto visual: ya que es una forma de vincularse con las
demás personas. Una conducta que suelen hacer los enamorados es mirarse a los
ojos.
- Conversaciones
de baja calidad: ya no se comparten cosas íntimas (lo que se
piensa o se siente). Las conversaciones se limitan a temas del entorno (clima,
gente); cuestiones prácticas (auto, casa, hijos, horarios); chismes y pequeñas
quejas.
- Expresiones
de afecto impersonales: Ya no hay jugueteos,
pequeños detalles físicos ni palabras de afecto. La civilidad y cortesía sin
embargo puede sobrevivir (abrir puerta auto, dar las gracias, tomar del brazo
al caminar), pero sólo es un hábito sin sentido.
- Rutinas
cotidianas como símbolo de unidad: Se puede hacer del beso de
despedida, la salida al cine de los sábados, el cenar juntos todas las noches y
ver el noticiero de la noche en la sala los únicos símbolos de unidad en la
relación. Es el vínculo fantasma diciéndote: “Lo ves, no están tan mal si hacen
todo esto juntos...”
- Admite
la posible existencia de este tipo de vínculo en tu vida.
- Comprende
que cuando niño estabas desvalido y eras dependiente, por eso tuviste que
desarrollar la fantasía de omnipotencia para subsistir.
- Deja
de negar que estás “raro/a, frio/a y distante”. Al menos considera la
posibilidad de que es verdad.
- Reconoce
que tu hostilidad y enojo espontáneos podrían ser los mecanismos de defensa que
has empleado sistemáticamente para alejar a tu pareja cuando te sientes
vulnerable.
- Hoy
como adulto puedes reconocer la misma necesidad y vulnerabilidad que tenemos
todos de formar vínculos. Todos necesitamos ser amados y valorados por alguien.
En algún momento todos nos arriesgamos y si fracasamos, volvemos a intentarlo.
- Deja
de repetirte que no necesitas a nadie en la vida para ser feliz. Ese que habla
es precisamente tu niño vulnerable respondiendo de maneras compulsivas y muy
fantasiosas.
- Este
suele ser un problema de uno que se presenta en una relación de dos, pero si te
quedas a pesar de esto, entonces cada uno tiene distintos problemas que cada
uno ha depositado en esta relación y ambos necesitan trabajar en sus propios
miedos.
- Busca
o busquen ayuda profesional si es necesario.
Sueña y deja que tus sueños te
sirvan como puertas a la realidad, no como laberintos que te devuelven a tus
miedos y soledad interior
Que inquietante letras, cuantos al leerlas se habran sentido tocadas y vapuleados, en este mundo donde casi siempre los culpables son los padres. Que suerte la mia que solo vivi con mis abuelos.
ResponderEliminarBesos