domingo, 29 de enero de 2012

EL PAN TOSTADO




Después de un largo y duro día en el trabajo, mi mamá puso un plato de salchichas y pan tostado muy quemado frente a mi papá.
Recuerdo estar esperando ver si alguien lo notaba.
Sin embargo, aunque mi padre lo notó, alcanzó un pan tostado, sonrió a mi madre y me preguntó cómo me había ido en la escuela.
No recuerdo lo que le contesté, pero sí recuerdo verlo untándole mantequilla y mermelada al pan tostado y comérselo todo.
Cuando me levanté de la mesa esa noche, recuerdo haber oído a mi madre pedir disculpas a mi padre por los panes tostados muy quemados.
Nunca voy a olvidar lo que le dijo:
"Cariño no te preocupes, a veces me gustan los panes tostados bien quemados."
Más tarde esa noche, fui a dar el beso de las buenas noches a mi padre y le pregunté si a él le gustaban los panes tostados bien quemados.
Él me abrazó y me dijo estas reflexiones:
"tu mamá tuvo un día muy duro en el trabajo, está muy cansada y además - un pan tostado un poco quemado no le hace daño a nadie"...
La vida está llena de cosas imperfectas y gente imperfecta. Aprender a aceptar los defectos y decidir celebrar cada una de las diferencias de los demás, es una de las cosas más importantes para crear una relación sana y duradera.
Un pan tostado quemado no debe romper un corazón.
La comprensión y la tolerancia es la base de cualquier buena relación.
Sé más amable de lo que tú creas necesario, porque todas las personas, en éste momento, están librando algún tipo de batalla. Todos tenemos problemas y todos estamos aprendiendo a vivir y lo más probable es que no nos alcance la vida para aprender lo necesario
"El camino a la felicidad no es recto.
Existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES,
existen semáforos llamados AMIGOS,
luces de precaución llamadas FAMILIA,
y todo se logra si tienes:
Una llanta de repuesto llamada DECISION,
un potente motor llamado AMOR,
un buen seguro llamado FE,
abundante combustible llamado PACIENCIA,
pero sobre todo un experto conductor llamado DIOS!!!


DESCONOZCO EL AUTOR.


Quiero compartirles una vivencia personal...


Caminando por el centro de la ciudad de Mèxico vi una pareja de abuelos sumamente enamorados cargando un pastel y unas flores, ellos notaron que los veia con interes y me sonrieron yo, solo dije, perdon es que me encanta como se miran con tanto amor y como se toman de la mano y disfrutan cada paso que dan, me encanta que al paso del tiempo conserven su amor, ellos sonrieron y me compartieron que tienen 50 años juntos y que la clave a sido "tolerancia, amor y respeto"....

Que historia, me encanto.

domingo, 15 de enero de 2012

EL PODER DE LAS PALABRAS



Las palabras no se las lleva el viento, las palabras dejan huella, tienen poder e influyen positiva o negativamente.
Las palabras curan o hieren a una persona.
Por eso mismo, los griegos decían que la palabra era divina y los filósofos elogiaban el silencio.
Piensa en esto y cuida tus pensamientos, porque ellos se convierten en palabras, y cuida tus palabras, porque ellas marcan tu destino.
Piensa muy bien antes de hablar, cálmate cuando estés airado o resentido y habla sólo cuando estés en paz.
De las palabras depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra.
«Una cometa se puede recoger después de echarla a volar, pero las palabras jamás se podrán recoger una vez que han salido de nuestra boca».
«Una cometa se puede recoger después de echarla a volar, pero las palabras jamás se podrán recoger una vez que han salido de nuestra boca».
Las palabras tienen mucha fuerza, con ellas podemos destruir lo que hemos tardado tanto tiempo en construir.
Cuantas veces una palabra fuera de lugar es capaz de arruinar algo por lo que hemos luchado, cuantas veces una palabra de aliento tiene el poder de regenerarnos y darnos paz.
Las palabras insultantes o despectivas nunca han creado algo edificante.
Con el uso de expresiones agresivas, lastimamos a las personas provocando heridas creando resentimientos y dolor, que se volverán contra nosotros.
La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado papel y la ofrecemos con ternura ciertamente será aceptada con agrado.
Las palabras son la manifestación de nuestro mundo interior, al cuidar de nuestro lenguaje purificamos nuestro mundo interior.
Muchas enfermedades son únicamente el producto de nuestros pensamientos desequilibrados.
La violencia, las mentiras, el resentimiento y tantas otras cosas existen y conviven con nosotros en este mundo.
Ante ello tenemos que cultivar cualidades de amor, verdad y gratitud, creando un sólido mundo interior en donde la bondad y la verdad brillen.
Una palabra amable: puede suavizar las cosas.
Una palabra alegre: puede iluminar el día.
Una palabra oportuna: puede aliviar la carga.
Una palabra de amor: puede curar y dar felicidad.
Una palabra irresponsable:
puede crear discordias.
Una palabra cruel:
puede arruinar una vida.
Una palabra de resentimiento: puede causar odio
Una palabra brutal: puede herir o matar.
¡Las palabras son vivas!
¡Bendicen o maldicen,
Alientan o abaten,
Salvan o condenan!
“Si todas nuestras palabras son amables, los ecos que escuchemos también lo serán.”
De ti depende si las usas para bien o para mal, tanto para ti como para los demás.
¡Cuida tus palabras ellas tienen poder!
Habla de tal manera que en tu alma y en la de los demás quede la Paz.