LABERINTO DE PROYECCIONES EN LAS RELACIONES DE PAREJA

Las bases de nuestros conflictos y dificultades en las relaciones tienen que ver con nuestros miedos profundos y con su prima cercana, la inseguridad.  

- Y lo que hacemos es cubrir estos miedos con proyecciones. 

- Entender estas proyecciones  es una parte esencial para sanar nuestros patrones de relaciones  co dependientes.

 

PROYECTAMOS NUESTRA NECESIDADE DE SER “PARENTADOS”

Nuestros niños interiores heridos son una máquina de proyectar.  La base de la mayoría de estas proyecciones es obtener el cuidado parental que nunca tuvimos. Podemos intentar obtenerlo del “otro/otra” en muchas diversas maneras

- Demandar, exigir

- Idealizar

- Complacer

- Rebelarnos

- Someternos

- Culpar

Debajo de todas estas reacciones casi siempre inconscientes que llevamos a nuestras relaciones, están las profundas necesidades: el anhelo de nuestra parte infantil de ser visto/vista, apoyado/a, amado/a.  

 

- Las necesidades no son el problema, el verdadero caos viene de la forma en que lidiamos con ellas, o de la forma en que las ignoramos y pretendemos que alguien más haga la tarea que nuestros padres no hicieron.  

- Hay una parte inteligente en todo esto, que busca  de alguna manera llenar todos esos “huecos” esas carencias que vamos cargando desde niños pero el problema es que somos tan inconscientes que en vez de hacernos cargo, nos “colgamos” de alguien más en una absurda demanda de “tú, cuidame, tú, dame”.  

- Básicamente lo que estamos haciendo es proyectar esas carencias, esa “hambre” en alguien que más o menos “llene el perfil”. 

 

Y por supuesto, aunque en un inicio puede que la otra persona se sienta halagada, y quiera hacerla de “rescatadora” llega un momento en que se resiente porque al final ella también tiene sus propias carencias y expectativas.  Y empiezan los reclamos, los enojos, los resentimientos. 

 

Pregunta: ¿Qué es lo que buscas en una pareja? Qué necesidades estás intentando satisfacer? ¿Qué huecos, que vacíos pretendes que esa persona llene? 

 

INVESTIGANDO ALGUNAS DE LAS MANERAS EN QUE PROYECTAMOS NUESTRAS NECESIDADES DE SER (PARENTED) NUTRIDOS: 

1. Repitiendo viejos patrones

- Para empezar identifiquemos nuestros patrones repetitivos en las relaciones.  

- Freud descubrió que todos tenemos un impulso irresistible de re actuar en el presente las primeras relaciones que tuvimos,  principalmente la forma en que nos relacionamos con los padres, le llamó a esto: “La compulsión de Repetir”. 

- Esto es lo que estamos haciendo, replicar nuestras relaciones principales de la infancia porque necesitamos completar lo que quedo incompleto. Es como repetir las materias que no pasamos. 

- (Ejemplo hombres con miedo a castración. Mujeres que aceptan abusos de sus parejas) 

 

2.  Podemos detener los patrones al hacernos conscientes de nuestros miedos. 

- Una vez que reconocemos estos patrones, la siguiente pregunta es. ¿Cómo evitamos que suceda de nuevo?. 

- Debemos reconocer que los patrones destructivos surgen de nuestros miedos. Y una de las formas de detenerlos es explorar profunda y energéticamente especialmente nuestra relación con el padre de sexo opuesto. 

- Sin este trabajo interno, nuestros patrones permanecen siendo abusivos o masoquistas.  

- Pero si entendemos porque hacemos lo que hacemos y de manera energética, conectamos con la vergüenza interna, con los miedos al abandono y al rechazo, podemos entonces transformar nuestros patrones en vez de perpetuar el sufrimiento. 

- Tenemos lecciones que aprender y las relaciones intimas son la forma principal para aprenderlas.  

- Y no  tenemos más opción que repetir estos patrones hasta que aprendamos la lección que tenemos que aprender. 

- Y necesitamos aprenderlas de manera profunda, existencial, tocar el dolor, la vergüenza, los miedos, no solo de manera intelectual, sino realmente sentir todo esto. 

- (Ejemplo, mujer que busca parejas ausentes) 

 

DIVIDIENDO ENTRE BUEN PADRE-MAL PADRE

- El asunto de las proyecciones se complica. No solo determina a quien atraemos, también maneja como nos relacionamos una vez que estamos en la relación.  

- Desde la perspectiva de nuestros niños heridos, vemos al otro de dos formas: como buen padre o como mal padre.  

- Nuestro niño, niña herida quiere y necesita sentirse amada y apoyada. Cuando lo obtiene del otro, entonces lo ve como “un buen padre (o madre) amoroso, bueno. Cuando no lo obtiene ve al padre malo que rechaza. 

 

Pregunta: ¿Cómo es para ti un buen padre o madre? ¿Cómo es un mal padre, madre?

- Obviamente nadie puede ser ese “padre perfecto” y eso lo entendemos desde la parte adulta, pero la parte infantil seguirá intentando encontrar a la persona “ideal”. 

- Y cuando esa persona no cumpla con nuestras expectativas, nuestros niños emocionales harán su berrinche. (rogar, castigar, vengarnos, cerrarnos, pretender que no nos importa, etc. ) 

- Y estas reacciones pueden ser activadas por algo muy simple que haga nuestra pareja, algo que no esté de acuerdo con nuestras ideas de “padre ideal” y en ese momento lo llevamos de “buen padre” a “mal padre”  

- Y ni siquiera nos damos cuenta. La otra persona siente el rechazo, no sabe que pasa y reacciona también desde la parte herida. La Luna de Miel terminó. 

- Tal como John Bradshaw describe en su libro “Creando Amor” : “Una vez que entramos al espacio regresivo del niño herido, escuchamos y vemos cosas que no fueron dichas o que no están sucediendo y no escuchamos lo que si fue dicho o no vemos lo que si está sucediendo. Estamos perdidos en nuestra propia película de horror y desde esa perspectiva no podemos experimentar la realidad. 

- (Ejemplo Yo cuando Jürgen se va al servicio funerario) 

 

REBELIÓN

- La trama se complica aún más. Nuestros niños internos están buscando al padre perfecto, y una vez que encuentren a un sujeto que llene el perfil, continúan dividiéndolo entre padre bueno y padre malo.  

- Y algo que queremos hacer es rebelarnos en contra de ese padre. Como si estuviéramos golpeando su amor, poniéndolo a prueba, darnos cuenta si esa persona realmente nos ama. 

- Si realmente puede manejarnos  cuando no somos amables, amorosos, considerados, etc.  Esto viene de la falta de límites firmes y amorosos que hubiésemos necesitado de pequeños, y la mayoría estamos hambrientos de estos límites no existentes.  

- Queremos averiguar si alguien nos ama lo suficiente para manejarnos porque esto fue muy costoso de niños. 

- Lo que hacemos muchas veces en este intento es pendulear entre ser “niños obedientes” adaptándonos y cediendo para asegurarnos el amor de nuestra pareja ( en realidad de papá o mamá)  

 

Pero luego nos cansamos de este papel y nos convertimos en “niños rebeldes”, Claro, esto lo hacemos cuando estamos seguros del amor de la otra persona, porque nos sentimos más seguros de “probarlos” y de atrevernos a jugar el rol que quizá de pequeños no pudimos. 

 

Y esto lo hacemos con parejas y con figuras de autoridad que vamos creando a lo largo de nuestras vidas. 

 “Una de las razones por las que creamos figuras de autoridad en nuestras vidas es para rebelarnos en su contra, rebelarnos en contra de las leyes que ellos establezcan, las restricciones que nos impongan y el consejo que nos den. Buscamos que un guía, estructura y luego nos rebelamos en su contra. Queremos apoyo y aprobación de las figuras de autoridad, pero luego buscamos  todo tipo de fallas en su liderazgo por no ser perfectos. 

 

VENGANZA

- Esta es la parte oscura de las relaciones dentro de todo el juego de las proyecciones. Estamos esperando vengarnos. 

- Hemos guardado tanto resentimiento, tanta ira no expresada desde la infancia, normalmente sin darnos cuenta, que simplemente explota en las relaciones actuales. 

- Reprimimos tanto de pequeños, tanta humillación, abuso  y traiciones que vamos por la vida de manera inconsciente con una maleta llena de proyectiles en espera de ser lanzados. 

- Toda esta ira surge de mil maneras en nuestras relaciones actuales, abuso físico o verbal, bromas, sarcasmo, sobajando a la otra persona, ignorándola, aislándonos de ella, o traicionándola con otras personas., etc, etc. 

 

PROYECTANDO PARTES NO VIVIDAS EN OTROS

- Esta es una parte muy importante dentro de nuestras formas de proyectar. Especialmente con nuestros amantes, proyectamos ´partes de nosotros que no nos atrevemos a vivir. 

- Como si fueran partes de nosotros que por alguna razón no asumimos.  

- Una de las formas más significativas de descubrir partes de nosotros que están escondidas es atraer amantes y amigos que están viviendo abiertamente esa parte. 

- Lo complejo es que somos al mismo tiempo atraídos y repelidos por esas partes de nosotros que vemos reflejados en otros. 

- Nos atraemos porque queremos redescubrir esas zonas no vividas y nos repelen porque nuestro condicionamiento nos ha enseñado a rechazar esas partes. 

- (Ejemplos con la sexualidad, dinero, éxito, etc)

 

DE LA PROYECCIÓN A LA TOTALIDAD

- Todos proyectamos, la cuestión es si podemos crecer con esto o permitimos que estas proyecciones nos hagan sufrir y vivir en el drama y esto tiene que ver con entender lo que hacemos.  

- La opción es nuestra: vivir atorados en la proyección o aprender de ellas más y más acerca de nosotros. 

 

ALGUNOS EJERCICIOS QUE PUEDEN AYUDAR: 

Indaga un poco, escribiendo acerca de tus relaciones más importantes, empezando con las románticas.  Aquí hay algunas preguntas que pueden ayudarte: 

1. Encuentra formas similares en las que has sido tratado en tus relaciones pasadas y actuales. 

2. De qué manera has permitido el abuso, maltrato o la falta de comprensión

3. De qué manera cedes y haces tu verdad a un lado en las relaciones

4. Busca esos patrones en los que tú has sido la parte abusiva. Cómo abusas de la otra persona

5. Has recibido retroalimentación similar de diferentes personas?. 

 

Escribe las áreas similares entre relaciones actuales y de la infancia, por ejemplo.

1. Con tus amistades cercanas, ¿Qué te recuerda de tu relación con tus hermanos?

2. Con figuras de autoridad, ¿hay algo que te recuerda de tu relación con padres o hermanos mayores?

3. Con tus hijos, ¿Notas alguna similitud entre cómo eres con ellos y como fueron tus padres contigo

Este texto está basado en el libro: 

 

Face to Face with Fear, de Krishnanada Trobe